
vISITANTE N°
La verdad hace libre
TEOLOGíA
APOLOGÉTICA
Si alguien no cree, por ejemplo, que Dios existe y puede obrar milagros, no tiene sentido que se le diga que Dios levantó a Jesús de los muertos, porque eso es un milagro, y bien grande. No toda la gente plantea preguntas de esta clase, pero cuando lo hacen necesitan recibir respuestas antes de poder creer. A veces, antes que podamos hablar del evangelio, tenemos que allanar el camino, eliminar los obstáculos y responder las preguntas que impiden que la persona acepte al Señor. El siguiente cuadro aclara las diferencias entre la evangelización y el pre evangelismo:
PREEVANGELISMO
Todos los cristianos la realizan.
En cualquier momento y lugar.
Su contenido es el Evangelio.
Se basa en la revelación.
Expone el Evangelio.
Su meta es la fe
EVANGELIZACIÓN
Cualquier cristiano la realiza cuando se necesita.
Solo si se plantea una objeción.
Su contenido es toda la doctrina cristiana.
Se basa en la razón.
Esclarece la doctrina cristiana.
Su meta es el entendimiento.
Por lo tanto, la evangelización y el pre evangelismo son ministerios distintos. Tenemos tres razones sencillas que explican por qué necesitamos involucrarnos en el pre evangelismo:
Razón 1: Las personas no convertidas plantean buenas preguntas: Las objeciones que ellos plantean casi nunca son triviales. A menudo se enfocan directamente al corazón de la fe cristiana y desafían sus propios fundamentos. Si los milagros no son posibles, entonces ¿por qué creer que Cristo en Dios? Si Dios no puede controlar el mal, ¿es en realidad, digno de adoración?. Enfrentémoslo: si tales objeciones no tiene respuesta, mejor creamos en cuentos de hadas. Estas son preguntas razonables que merecen respuestas razonables.
Razón 2: Nosotros tenemos buenas respuestas: La mayoría de los escépticos oyen solo las preguntas y creen que no hay respuesta. Sin embargo, en realidad tenemos grandes respuestas para sus preguntas. El cristianismo es verdadero. Eso significa que la realidad siempre estará de nuestra parte y que solo tenemos que encontrar la prueba apropiada para responder cualquier pregunta. Afortunadamente, los pensadores cristianos han contestado esas preguntas incluso desde los tiempos de Pablo, y podemos recurrir a su sapiencia para ayudarnos a encontrar las respuestas que deseamos.
Razón 3: Dios nos manda que les contestemos: Esta es la razón más importante. Dios nos ordena hacerlo. En 1Pedro 3:15 leemos “Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. Este pasaje afirma varias cosas importantes:
Primero, dice que debemos estar preparados: Puede ser que nunca nos crucemos con alguien que formule preguntas difíciles acerca de nuestra fe, pero, de todos modos, debemos estar listos por si se presenta la ocasión. Estar preparados no es solo tener a disposición la información correcta, sino también una actitud dispuesta y el anhelo de dar a conocer a otros la verdad que creemos.
Segundo, tenemos que presentar defensa a los que formulen preguntas. No esperamos que todos necesiten pre evangelización, pero cuando la gente la requiera, debemos ser capaces y estar dispuestos a darles respuestas.
Por último, cuando respondemos, vinculamos el pre evangelismo con el establecimiento de Cristo como Señor de nuestros corazones. Si Él es realmente el Señor, debemos obedecerlo “Derribando argumentos, y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” 2Cor.10:5. En otras palabras, debemos confrontar estos asuntos tanto en nuestra mente como en los pensamientos que expresan otras personas, lo que constituye el impedimento para conocer a Dios. El pre evangelismo trata, precisamente, de eso. Sin embargo, ese pasaje no es el único que manda pre evangelizar. Judas 3 también exhorta:
“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me he sido necesario escribiros exhortándolos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”. Y nos insta a tener la actitud de vs 22 “A algunos que dudan convencedlos”. Entonces que significa esta palabra:
La palabra APOLOGÉTICA no nos debe dar miedo. El término apologética viene de la palabra griega “apología”, que literalmente significa “defensa razonada” “defensa de la fe cristiana” “que se aplicaba originalmente a un discurso de defensa”. En la antigua Atenas, se refería a la defensa que tenía lugar en el tribunal como parte de un procedimiento judicial. En otras palabras, la apologética es una rama de la teología Cristiana que intenta darles respuestas a las personas que hacen preguntas o ponen objeciones acerca del cristianismo.
La apologética no se presenta en las Escrituras como una tarea optativa, sólo para que participe de ella algún grupo o persona en especial. Más bien, es un mandato para todos los creyentes. La Biblia dice que debemos ser capaces de dar una respuesta a cualquier persona que nos haga preguntas sobre nuestra fe o que la cuestione. El apóstol Pedro escribe:
“Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” 1Ped.3:15
Lo que debemos saber acerca de la Apologética:
La palabra apologética no es un término militar, es una palabra que describe la forma en que un abogado presenta una defensa verbal de un cliente ante la corte. Es decir, explica cómo se debe hacer y cómo no se debe hacer la apologética. No significa que castigamos a las personas golpeándolas con la Biblia sino que hablamos con ellas de manera amable y humilde.
Como dije anteriormente el griego apología aparece 17 veces en el NT, como sustantivo y como verbo, y en todos los casos puede traducirse «defensa» o «vindicación». La idea de presentar una defensa razonada de la fe resulta evidente en Fil. 1:7,16, y especialmente en 1 P. 3:15, si bien en el NT no aparece una teoría específica sobre la apología. Se pueden ver algunos textos en el NT:
Fil 1: 7; 16 “como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia” 16: Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones”.
1Cor.9:3: “Contra los que me acusan, esta es mi defensa”
2 Cor.7:11 “Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto.”.
Fil.1:17 “pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. 18¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún”.
2Tim.4:16 “En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta.
Hch.19:33 “Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo”.
22:1 “Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros”.
25:16 “A éstos respondí que no es costumbre de los romanos entregar alguno a la muerte antes que el acusado tenga delante a sus acusadores, y pueda defenderse de la acusación”.
Esta palabra se puede rastrear hasta el siglo IV a. C. cuando el filósofo griego Platón la utilizo como título de uno de sus libros, Apología. Su libro presenta el relato de la defensa de Sócrates (el maestro de Platón) ante la corte de justicia que lo había acusado de corromper a los jóvenes de Atenas conduciéndolos al ateísmo. En el siglo ii este término, con el sentido general de «defensa», comenzó a tener un significado más limitado y se refería a un grupo de escritores que defendía las creencias y las prácticas del cristianismo contra diversos ataques. A estos hombres se los llamaba apologistas a causa del título de algunos de sus tratados, aunque al parecer fue en 1794 que comenzó a usarse la palabra para designar una disciplina teológica específica. Ya es costumbre usar la palabra apología para describir un esfuerzo o una obra concreta en defensa de la fe. Puede tratarse de un documento escrito, de un discurso o aun de una película. Los apologistas elaboran su defensa de la fe cristiana en relación con asuntos científicos, históricos, filosóficos, éticos, religiosos, teológicos y culturales. Podemos diferenciar cuatro funciones de la apologética, si bien no todos coinciden en que esta disciplina incluya las cuatro. Más allá de las opiniones, las cuatro funciones han sido históricamente importantes en la apologética, y cada una de ellas ha sido representada por excelentes apologistas cristianos a lo largo de la historia de la iglesia.
LA PRIMERA FUNCIÓN PODEMOS LLAMARLA VINDICACIÓN O PRUEBA: y abarca la presentación ordenada de argumentos filosóficos, pruebas científicas e históricas de la fe cristiana. El objetivo es desarrollar una defensa positiva del cristianismo como sistema de creencia que debe ser aceptado. En sentido filosófico, esto significa extraer las implicaciones lógicas de la cosmovisión cristiana, de manera que puedan percibirse con claridad y contrastarse con otras cosmovisiones.
LA SEGUNDA FUNCIÓN ES LA DEFENSA: y está más cerca del uso de la palabra apología en el NT y entre los primeros cristianos, en el sentido de defender el cristianismo contra la profusión de ataques realizados en cada generación por los críticos comprometidos con otras creencias. Significa clarificar la posición cristiana frente a interpretaciones y exposiciones equivocadas; responder a las objeciones, las críticas y las preguntas de quienes no son cristianos, y en general, despejar las dificultades intelectuales que según los incrédulos se interponen en su camino para aceptar la fe.
LA TERCERA FUNCIÓN ES LA REFUTACIÓN DE CREENCIAS CONTRARIAS: Alude a la tarea de dar respuesta a los argumentos que presentan los no cristianos como respaldo de sus convicciones. La mayoría de los apologistas coincide en que la refutación no es suficiente en sí misma, ya que demostrar que una filosofía o religión no cristiana es falsa no prueba que el cristianismo sea verdadero. Sin embargo, es una función esencial de la apologética.
LA CUARTA FUNCIÓN ES LA PERSUASIÓN: Con este término, no nos referimos solamente a la tarea de convencer a las personas de que el cristianismo es verdad, sino también de persuadirlas para que apliquen esta verdad a su vida. Esta función se concentra en conducir a los no cristianos hasta el momento del compromiso con Jesús. El objetivo del apologista no es simplemente ganar una discusión intelectual sino además persuadir a las personas a entregar su vida y su destino eterno, y hacerlo por fe en el Hijo de Dios que murió por ellos.