
vISITANTE N°
La verdad hace libre
SALUD
“NUEVA COMPRENSIÓN DE LA ENFERMEDAD”
INTRODUCCIÓN
Este estudio lo puede unir con las Cinco Visiones de la Enfermedad, que esta abajo.
Es probable que usted haya escuchado conceptos que parecen valiosos, como:
· "Debemos aceptar la enfermedad si vamos a luchar contra ella."
· "La enfermedad es poderosa pero más poderosa es la salud".
· "La salud es el silencio de los órganos".
· “Pensemos en salud y no en enfermedad”
· “La enfermedad es un mal que debemos saber combatir"
· “Maldice a la célula cancerígena, para que vivas”
¿Quién podría negar el valor de esas frases? Sin embargo, no sirven de nada. Son saberes que se basan en una creencia vacía. Y no porque no se pueda defender esa creencia. Sino porque ya no sirve más. En este contexto, nos han quitado la libertad de elegir. En la historia de la humanidad, siempre hubo bandos, romanos y griegos, árabes y españoles, buenos y malos, perversos y normales, nazis y judíos. El ser humano podía optar, aun cuando esa opción fuera equivocada. Ahora es imposible elegir ya que se trata de nosotros o los virus, enemigos invisibles que destruyen a todos, sin excepción.

Las organizaciones mundiales encargadas de la salud avisan que futuras pandemias son inevitables y elaboran mapas con colores cada vez más intensos y tenebrosos. La humanidad toda enfrenta al enemigo invisible y no hay opción. Por primera vez, en cientos de años, se está tomando conciencia que no es la tierra la que está en peligro sino esta especie que se ha creído excepcional y que ahora viene a enterarse que su desaparición es posible. Nuestra especie ha inventado el concepto de enfermedad, redundando en miedos y temores producidos por la enfermedad, es como decir formamos el hábito para que luego el hábito nos defina.
Cuenta el Dr. Callejón; La fuerza externa que nos viene a destruir supera ampliamente el saber autorizado del grupo de personas que la combate. El concepto (de enfermedad) se escapó de las manos y tiene vida propia. La gente ya no se muere de la enfermedad sino del miedo que el concepto inventado le genera. El miedo no da tiempo a que la enfermedad actúe y nos mate ya que crea por sí mismo una realidad mortal.
Así lo relata el cuento sufí:
"Un sabio sentado en la cumbre de una montaña, ve pasar una sombra y pregunta:
¿Quién eres?. La sombra le contesta: "Soy la peste". ¿Adónde te diriges? "A matar mil personas de ese poblado". Bueno, ve y mata. A los pocos días, el sabio se encuentra con un hombre y le pregunta ¿De dónde vienes? "Huyo de aquel poblado que ha sido atacado por la peste y ha matado treinta mil personas" Bueno, ve y huye. A las pocas horas, vuelve a pasar la sombra y el sabio lo detiene. Oye tú, me has engañado, dijiste que matarías mil personas y has matado treinta mil. ¿Por qué? La peste le responde: "No es cierto, yo sólo maté mil personas, el resto murió de miedo."
En su experiencia médica callejón dice: “Como médico he presenciado muchas veces el fenómeno de una persona que en pleno estado de salud y por hallazgos casuales (pruebas de rutina o un médico demasiado inquisidor) ha sido diagnosticada de un tumor en hígado, pulmón o mama. A los pocos días de ese hallazgo, el estado de salud había empeorado dramáticamente. He visto a algunas personas morir en poco tiempo luego del diagnóstico. Eso es miedo, no es cáncer. Ese es el concepto que se le ha escapado de las manos al grupo de científicos que ostenta el supuesto saber de la enfermedad. Y ese concepto se ha desbordado y ha creado una realidad autónoma entre otras cosas, porque se ha colectivizado. Se ha vuelto un saber popular. ¿Quién no ha escuchado alguna de las siguientes frases?:
"El cáncer de páncreas, cuando te lo diagnostican ya es demasiado tarde";
"la quimioterapia te mata las células malas pero también las buenas";
"yo sé que me voy a morir, lo que no quiero es sufrir";
"nunca conocí a nadie que se salvara";
"la enfermedad avanza";
"hay que hacer algo"
Y tantas otras. El saber colectivo sobre la enfermedad no se diferencia mucho del saber de los médicos, muchos de los cuales jamás se harían (y lo dicen públicamente) el tratamiento que le indican a los pacientes. Actualmente se escuchan muchas voces que cuestionan este concepto de la enfermedad, pero la mayor parte de las veces son ignoradas, reprimidas o tergiversadas.
Es en este contexto que debemos dejar de pensar en nuevos instrumentos contra la enfermedad para comenzar a pensar en un nuevo concepto de la enfermedad. Se gastan miles de millones de dólares en investigar y producir drogas cada vez más nocivas para la salud de la humanidad y no cesan de aparecer variantes de la misma enfermedad que no responden a esas drogas o las llamadas nuevas enfermedades sobre las que ni siquiera se tiene alguna droga con la que experimentar.
Es justamente ese nuevo concepto de la enfermedad, el que nos va a permitir salir del atolladero en el que el viejo concepto nos ha metido. Si luchamos contra la enfermedad, luchamos contra el mensaje que pretende curarnos. Cuando una mujer se nota un bulto en la mama, debe parar toda actividad y preguntarse qué le viene a decir ese bulto. Y si no lo sabe, debe recurrir a alguien que la ayude a interpretar ese mensaje. No debe salir corriendo en busca de ese personaje que detenta un saber sobre la enfermedad porque eso la cristaliza en el viejo concepto. Y a partir de allí, solo puede esperar que se instale una guerra en su cuerpo. Y el bulto no vino a declarar la guerra sino a evitarla. Y no es que no debe hacer nada o curarse psicológicamente. Debe instalar la paz en su vida porque el bulto así se lo está exigiendo. Y eso no es poco pero es mucho más de lo que la medicina pretende con su viejo concepto de instalar una guerra entre el cuerpo (órgano) de esa mujer y el cuerpo Psíquico de esa mujer.
El médico alemán Hamer repetía en sus seminarios una presentación que siempre culminaba con una frase: "Necesitamos médicos de manos calientes que hagan de la medicina un acto sagrado". Allí estaba el centro de su propuesta. Sagrado siempre es citado como originado en sacrificar pero el sacre es un ave de rapiña. Y así se llamaba al halcón en épocas antiguas. Un ave sagrada cuyas uñas retorcidas le permiten sobrevivir hasta que madura y se vuelven inútiles. Allí debe tomar la decisión de arrancárselas con el pico si pretende sobrevivir. Si lo hace, vive una nueva vida, una nueva oportunidad de ser joven y sagrado.
Concluyo con esta introducción; diciendo, el milagro de curarnos es eso. Volver a nacer y percibirnos fuera de nuestros roles y ser conscientes de ser trinos: espíritu, almas, y cuerpo. Dejar de ser hijos, esposos, madres, padres, médicos, abogados, exitosos, fracasados o perversos. Y renacer como seres trinos, con cuerpos que son administrados, no descuidados.