
vISITANTE N°
La verdad hace libre
SALUD

1.- ¿LA PSIQUIATRIA SE ESTABLECE SOBRE HECHOS REALES?
NOTA IMPORTANTE PARA EL LECTOR: CINCO HECHOS CONTRA LA PSIQUIATRIA
La profesión psiquiátrica se considera el único árbitro en el tema de la salud mental y las “enfermedades” de la mente. Los hechos, sin embargo, demuestran lo contrario:
1. LOS “TRASTORNOS” PSIQUIÁTRICOS NO SON ENFERMEDADES MÉDICAS.
En la medicina existe un criterio estricto para dar el nombre de enfermedad a una condición: debe comprobarse y establecerse un grupo predecible de síntomas, la causa de estos síntomas o una comprensión de su fisiología (función). Los escalofríos y la fiebre son síntomas. La malaria y el tifus son enfermedades. La existencia de enfermedades es comprobada por evidencia objetiva y por medio de exámenes físicos. Sin embargo, nunca se ha comprobado que alguna “enfermedad” mental exista médicamente.
2. LOS PSIQUIATRAS TRATAN EXCLUSIVAMENTE “TRASTORNOS” MENTALES, NO ENFERMEDADES CUYA EXISTENCIA SE HAYA COMPROBADO.
Mientras que la corriente principal de la medicina física trata enfermedades, la psiquiatría sólo puede tratar “trastornos”. Cuando un grupo de síntomas que se observa en muchos pacientes distintos carece de una causa conocida o de una fisiología, recibe el nombre de trastorno o síndrome. El Doctor de Medicina, Joseph Glenmullen de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard dice que en la psiquiatría, “todos los diagnósticos son simplemente síndromes [o trastornos], agrupaciones de síntomas que se supone están relacionados, no enfermedades”. Como el Dr. Thomas Szasz, Profesor Emérito de la Psiquiatría hace notar: “No hay pruebas de sangre ni de otros elementos biológicos para determinar la presencia o ausencia de una enfermedad mental, como los hay para la mayoría de las enfermedades corporales”.
3. LA PSIQUIATRÍA NUNCA HA ESTABLECIDO LA CAUSA DE NINGÚN “TRASTORNO MENTAL”.
Agencias psiquiátricas líder como la Asociación Mundial Psiquiátrica y el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos admiten que los psiquiatras no conocen las causas ni las curas de ningún trastorno mental ni lo que sus “tratamientos” le hacen específicamente al paciente. Sólo tienen teorías y opiniones conflictivas sobre sus diagnósticos y métodos, y carecen de toda base científica para ellos. Como dijo un antiguo presidente de la Asociación Psiquiátrica Mundial: “La época en que los psiquiatras creían que podían curar a los enfermos mentales ha pasado. En el futuro, el enfermo mental tendrá que aprender a vivir con su enfermedad”.
4. LA TEORÍA DE QUE LOS TRASTORNOS MENTALES SE ORIGINAN DEBIDO A UN “DESEQUILIBRIO QUÍMICO” EN EL CEREBRO ES UNA OPINIÓN NO COMPROBADA, NO ES UN HECHO.
Una teoría psiquiátrica prevaleciente (de importancia clave para la venta de drogas psicotrópicas) es que los trastornos mentales son el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro. Al igual que en el caso de otras teorías, no existe evidencia biológica o de otra naturaleza para probar esto. El Dr. Elliot Valenstein, representante de un gran grupo de expertos en medicina y bioquímica, y autor de Blaming the Brain [Culpando al cerebro] afirma: “[N]o existen pruebas para evaluar el estado químico del cerebro de una persona viva”.
5. EL CEREBRO NO ES LA CAUSA REAL DE LOS PROBLEMAS DE LA VIDA.
La gente de hecho tiene problemas y trastornos en la vida que podrían tener como resultado dificultades mentales, que en ocasiones son muy graves. Pero decir que la causa de estas dificultades son “enfermedades incurables del cerebro” a las que sólo se puede dar alivio mediante píldoras peligrosas, es deshonesto, dañino y a menudo mortal. Tales drogas son frecuentemente más potentes que un narcótico y pueden incitar a la violencia o al suicidio. Ocultan la causa real de los problemas de la vida y debilitan al individuo, negándole de esta forma la oportunidad de una recuperación real y de una esperanza para el futuro.
2.- QUE HAY DE LOS DERECHOS HUMANOS
COMISIÓN CIUDADANA POR LOS DERECHOS HUMANOS:
En 1969, fue establecida la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos (CCHR) para investigar y exponer la violación de los Derechos Humanos por parte de los psiquiatras y limpiar el campo de la salud mental. Por más de un siglo, la teoría psiquiátrica ha mantenido que debido a que ni los asuntos ESPIRITUALES ni la MENTE pueden ser medidas con instrumentos físicos, estos no existen y no tienen lugar en el TRATAMIENTO DE LA SALUD MENTAL.
La típica práctica psiquiátrica tenía la intención de que esos pacientes fueran tratados como animales, ellos eran despojados de sus derechos y posesiones legales, brutalizados y encerrados en condiciones degradantes. A los reclusos se les aterrorizaba con tratamientos de electrochoque, usualmente como castigo y sin consentimiento. Las lobotomías psiquiátricas y otros procedimientos de psicocirugía, destruían la mente y las vidas. Las poderosas drogas neurolépticas (que afectan los nervios) causaban daños irreversibles al sistema nervioso y al cerebro haciendo que los pacientes quedaran aletargados, apáticos y menos alerta. Además, los pacientes eran atacados y abusados sexualmente, todo bajo el disfraz de “terapia”. Cualquier afirmación de una base científica era un engaño.
Considera la historia de la actriz de Hollywood Francés Farmer, quien en un periodo de seis años en la década de 1940 apareció en dieciocho películas, tres obras de teatro de Broadway y treinta espectáculos de radio destacados, todo antes de la edad de veintisiete años. Entonces, al verse afectada por una serie de relaciones fallidas y adicta a las anfetaminas para controlar su peso, Farmer fue ingresada a un hospital psiquiátrico del Estado de Washington. Al ser violada por los ayudantes del hospital, prostituida por el personal a los soldados de una base militar cercana, encerrada en una jaula, sometida a electrochoque y tratamiento de choque de insulina, al recibir “choques" en una bañera de agua helada, al administrarle drogas poderosas que le debilitaban y además aplicarle psicocirugía, la personalidad y carrera de Frances Farmer fueron destruidas.
A diferencia de muchos otros, Farmer sobrevivió y pudo contar sus experiencias: “Nunca te consueles en creer que el terror ha pasado, pues te asecha tan grande y tan malvado hoy como lo hizo en la época despreciable del Manicomio Bedlam. Pero debo relatar los horrores tal como los recuerdo, con la esperanza de que algún poder en pro de la humanidad pueda compadecerse y alivie para siempre a las desafortunadas criaturas que aún se hallan prisioneras en los pabellones posteriores de instituciones decadentes".
La Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos es ese poder.
Inspirado por la visión humanitaria de L. Ronald Hubbard, quien identificó el abuso inherente en los actos de la psiquiatría cuando dijo: “No debe haber ningún grupo de influencia dedicado a la degradación del Hombre", hoy en día CCHR es el preeminente vigilante internacional de la psiquiatría.
Por medio de la diligencia de CCHR, miles de víctimas de abuso han sido rescatadas, los pacientes han ganado nuevamente sus derechos legales y civiles, decretos sobre la salud mental alrededor del mundo han prohibido la arbitrariedad en el uso del tratamiento de electrochoque, de psicocirugía y se ha prohibido el tratamiento de sueño profundo (narcosis) y el choque de insulina. Ahora existen leyes para asegurar que la violación de los pacientes por parte de la psiquiatría sea tratada a través de juzgados penales, y muchos de los centenares que han sido dañados por el “tratamiento” psiquiátrico han sido compensados. A nivel internacional, los organismos reguladores de drogas ahora advierten de forma frecuente los riesgos de las drogas psiquiátricas.
Sin embargo, el poder de los psiquiatras para coaccionar a los padres para que den a sus hijos drogas psicotrópicas extremadamente peligrosas, nos condena a una cultura de drogas cada vez mayor y a la destrucción de la unidad familiar. A veinte millones de niños alrededor del mundo se les han recetado antidepresivos que causan comportamiento violento y suicida. Esto incluye incluso niños menores de un año, a quienes se les están recetando ahora fármacos que alteran la mente. A millones más de nuestros jóvenes se les están recetando estimulantes que son más poderosos que la cocaína. Por lo tanto, el trabajo de CCHR sigue siendo extraordinario y su papel de vigilancia para prevenir los abusos de los derechos humanos es aún más vital.
Para muchas víctimas de la psiquiatría, CCHR es su única esperanza, el único grupo dispuesto a escuchar, que no atribuirá sus declaraciones más graves a las “delusiones” de la “enfermedad mental”. Por medio de la labor de CCHR, innumerables vidas han sido salvadas o rescatadas de la degradación personal que sigue a raíz del tratamiento psiquiátrico.
Hoy en día, CCHR continúa orgullosamente su labor de vigilancia con más de 250 filiales en más de 34 países, cifras que van creciendo año tras año, en lo que es no menos que una batalla mundial por la dignidad y la decencia del Hombre. Más vital que nunca, la labor de CCHR estará hecha únicamente cuando las prácticas fraudulentas de la psiquiatría sean eliminadas y se les haga responsables de sus tratamientos dañinos y violaciones a los derechos humanos.
3.- DETRÁS DEL TERRORISMO: LA PSIQUIATRÍA MANIPULA LAS MENTES
Los ataques terroristas en las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York y en el Pentágono en Washington D.C. el 11 de septiembre del 2001, nunca se olvidarán: los aviones explotando en llamas al chocar contra los edificios, la gente saltando de los restos en llamas a una muerte segura; los bomberos llegando a toda prisa al área de edificios derrumbados solo para llegar a ser también sus víctimas y grandes sectores de la ciudad de Manhattan convertidos en escombros. El mundo pasmado, miraba las imágenes una y otra vez, tratando de explicarse qué mente criminal podría fraguar un plan como este, y lo que es peor, ejecutarlo.
Esta clase de actos violentos e inconcebibles nos conmocionan a todos. ¿Qué tipo de persona podría ser tan destructiva y despiadada, y además estar dispuesta a entregar su propia vida en el proceso? ¿Qué tipo de mente planea metódicamente y ejecuta un asesinato masivo, sin tener en cuenta a la humanidad? Sin embargo algunos “expertos” aseguran que hoy en día los mercaderes del caos no son más irracionales que tú o que nosotros, y que todos tenemos “demonios” internos.
Cuidado con estos expertos, ya que sus afirmaciones son falsedades descaradas. El terrorismo se crea; no es inherente a la naturaleza humana. Los pilotos suicidas se hacen, no nacen. A final de cuentas, el terrorismo se origina en seres dementes que están empeñados en la destrucción y estos seres dementes son típicamente el resultado de las técnicas psicológicas y psiquiátricas cuyo propósito es controlar la mente y el comportamiento. Los atacantes suicidas no son racionales: son individuos débiles y moldeables a quienes se instruye psicológicamente para asesinar a personas inocentes sin compasión, sin tomar en consideración el valor de sus propias vidas. Son asesinos fabricados.
Parte de este proceso involucra el uso de drogas que alteran la mente. Consideremos el origen de la palabra “asesino”. En el año de 1090, Hasan Ibn al-Sabbah fundó el grupo terrorista llamado la Orden Ismaili, en una fortaleza ubicada en las montañas al Sur del Mar Caspio. Para entrenar a sus seguidores como asesinos, primero se les drogaba hasta quedar inconscientes, después se les llevaba a un jardín hermoso lleno de lujos y mujeres. Se les despertaba para disfrutar de estos “placeres” y luego se les drogaba nuevamente y se les llevaba de regreso con el “Gran Maestro” que supervisaba su entrenamiento. Él les aseguraba que no habían salido de ese lugar sino que solo habían experimentado una prueba del paraíso que les esperaba si llevaban a cabo con éxito la tarea de matar a alguien que se les asignara. Como se utilizaban fuertes dosis de hachís para lograr la intoxicación, a los asesinos se les conoció como “Hashishiyn” (del árabe, “usuario del hachís”), y después se les llamo “Asesinos”.
Los pilotos “kamikaze” japoneses que realizaron un ataque suicida contra los barcos aliados durante la segunda Guerra Mundial utilizaron anfetaminas para vencer su impulso natural de sobrevivir. Los efectos secundarios de las anfetaminas incluyen psicosis, euforia y combatividad.
Beverly Eakman, autora y educadora dice: “Los atroces actos de terror, tortura y asesinato masivo no vienen de individuos que han perdido la cabeza, sino más bien de individuos que han perdido su conciencia. Los infames ataques suicidas al World Trade Center y al Pentágono nos llevan a Osama bin Laden y… al principal mentor de bin Laden, un antiguo psiquiatra… No sería la primera vez que un psiquiatra ha servido como el manipulador detrás de seres humanos carismáticos pero esencialmente débiles y dañados, alimentando sistemáticamente sus odios (y) engrandeciendo sus egos, hasta que al final aún los actos más bárbaros parecen posibles y racionales en el nombre de una causa torcida”.
Desde la “Solución Final” de Hitler en Alemania y la impensable “limpieza étnica” y las purgas terroristas en Bosnia y Kosovo en la década de 1990, hasta los atacantes suicidas de hoy en día, el mundo ha sufrido enormemente en las manos de asesinos programados y maníacos genocidas.
Esta publicación revela los jugadores clave ocultos tras el aumento alarmante y explosivo del terrorismo de hoy en día: los psiquiatras y psicólogos. El exponer públicamente esta fuente destructiva detrás del terrorismo proporciona discernimiento y soluciones a un fenómeno que de otra forma es incomprensible y devastador.
4.- TERAPIAS BRUTALES: LOS DAÑINOS “TRATAMIENTOS” PSIQUIÁTRICOS
Se dice que el tratamiento de electroshock, también conocido como Terapia Electro convulsiva (ECT), y los “tratamientos” de psicocirugía se están preparando para regresar. Sin embargo, desde sus comienzos, estos procedimientos han sido asediados por conflictos entre los psiquiatras de ECT, que los apoyan incondicionalmente, y la multitud de víctimas y sus familias, cuyas vidas han arruinado por completo.
¿Entonces, quién está diciendo la verdad? Cualquiera que haya visto y se haya sentido enfermo al ver una grabación de una ECT o del procedimiento de una psicocirugía sabe muy bien la respuesta. Estos procedimientos tienen todas las características de la tortura física, la cual quedaría bien en el arsenal de un interrogador de la KGB (la policía secreta de la antigua Unión Soviética), y no entre los instrumentos de un “practicante de la medicina”. Sin embargo muy pocas personas han visto tales grabaciones, en especial quienes por medio de leyes aprueban su uso obligatorio, y son mucho menos quienes los han presenciado.
Los psiquiatras en forma engañosa cubren estos procedimientos con legitimidad médica: el escenario del hospital, asistentes vestidos de blanco, anestésicos, drogas que paralizan los músculos y equipo de apariencia sofisticada. Los efectos del tratamiento con electroshock son terribles, pero a los pacientes o a sus familias no se les explican todas sus ramificaciones. Peor aún, si ponen objeciones, estas se rechazan.
En conversaciones para convencer al renuente o al ingenuo, no se menciona que ambos procedimientos son extremadamente lucrativos para los psiquiatras y los hospitales, pues su resultado es un prolongado “cuidado” psiquiátrico posterior, largo y costoso, que garantiza un negocio y un ingreso futuro para el psiquiatra.
Y como atestiguaría María García (seudónimo), si todo lo demás falla, los psiquiatras rápidamente recurren a la coerción o al miedo con el objeto de lograr que se “acceda” al tratamiento.
María, una ama de casa hispana de mediana edad, consultó con un psiquiatra después de que persistieron los sentimientos de depresión y se le había prescrito drogas psiquiátricas. Después de que experimentó movimientos incontrolables del cuerpo, resultado directo del daño al sistema nervioso que le causaron las drogas, el psiquiatra recomendó ECT. Ella se rehusó, pero después, cuando ingresó al hospital para un tratamiento de desintoxicación de drogas, le recomendaron el ECT una vez más. Aunque ella se resistió, el psiquiatra le dijo: “Tus temores no son otra cosa que supersticiones cubanas” y “a menos que hagas estos tratamientos, vas a morir”. Le dieron cinco tratamientos de electroshock.
Su esposo relata lo que ocurrió: “Como resultado de los tratamientos de electroshock... a mi esposa se le daño fuertemente su memoria... Ella perdió la mayor parte de su habilidad de hablar y entender el Ingles aunque ella lo hablaba como su segundo idioma por cuarenta y dos años... Toda esa experiencia ha sido una decepción, una mentira, un golpe muy duro... Su depresión no fue curada y su memoria ésta muy deficiente ahora... Ambos estamos muy enfurecidos por lo que ha ocurrido. Siento como si la hubieran violado ante mis propios ojos”.
Con, literalmente cientos de millones en ganancias provenientes del ECT y la psicocirugía, hoy en día hay una cantidad asombrosa de información falsa acerca de estas terapias, la mayor parte difundida por los psiquiatras. También hay muchos detractores científicos.
El Dr. John Friedberg, un neurólogo que investigó los efectos del ECT durante más de 30 años, afirmó: “Es muy difícil poner en palabras lo que el tratamiento de electroshock le hace a la gente… destruye su ambición y… su vitalidad. Hace a la gente más bien pasiva y apática... Además, la amnesia, la apatía y la falta de energía son, desde mi punto de vista, la razón por la que… (los psiquiatras) se salen con la suya".
Mary Lou Zimmerman entiende lo que significa perder la ambición y la vitalidad en las manos de un psiquiatra. En junio del 2002, un jurado ordenó a la Clínica Cleveland de Ohio pagar 7.5 millones de dólares a la señora de 62 años de edad, debido a una horrible operación de psicocirugía. La señora Zimmerman había buscado tratamiento para la compulsión que tenía de lavar a mano después de leer brillantes informes sobre el procedimiento en la página web de la clínica. La realidad era una pesadilla. Se le sometió a una operación en la cual le hicieron cuatro orificios en la cabeza y le removieron secciones del cerebro, cada una de aproximadamente el tamaño de una canica. Como resultado de eso, no podía caminar, ponerse de pie, comer o ir al baño sola. Su abogado, Robert Linton, declaró: “Ella perdió todo, excepto la conciencia de lo diferente que es ahora. …Está completamente incapacitada y necesita cuidado permanente”.
En la actualidad, la industria psiquiátrica en los Estados Unidos por sí sola tiene un ingreso anual estimado de 5 mil millones de dólares por concepto del ECT. En los Estados Unidos, las personas de 65 años de edad reciben 60% más tratamiento con electroshock que las de 64, pues Medicare (el seguro de salud del gobierno) entra en vigor a los 65 años, lo cual es una evidencia de que el uso del ECT se guía, no por la piedad de los médicos sino por lucro y ambición. Aunque la psicocirugía es menos común hoy en día, en los Estados Unidos todavía se llevan a cabo hasta trescientas operaciones al año, incluyendo la lobotomía prefrontal, que tiene tan mala reputación.
A pesar de las trampas sofisticadas de la ciencia, la brutalidad del ECT y la psicocirugía confirma que la psiquiatría no ha avanzado más allá de la crueldad y el barbarismo de sus más antiguos tratamientos. Este informe se escribió para ayudar a asegurarnos de que, así como el azotar, desangrar con sanguijuelas y flagelar son ilegales en la actualidad, estos “tratamientos” deberían prohibirse y enjuiciarse por ser una agresión criminal.
INFORMACION
Estos Articulos Han sido extraidos de las investigaciones a nivel mundial de "La Comision de Ciudadanos por los Derechos Humanos": Siglas: "CCHR". Escritos por Jan Eastgate. Presidente de la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos Internacional. En su Web usted encontrara, una serie de videos de las investigaciones y juicios y casos ganados a las farmaceuticas y hospitales. Usted tambien puede seguir leyendo en el area de Teologia, los temas "El Cristiano y la Psicologia" "El Mal: La Naturaleza del Mal - El punto de referencia Moral"; "El Libre Albedrio"; "La Verdad Absoluta".Como tambien; en VIDEOS en el area de SALUD; los videos:
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